Según un presupuesto pedido a la empresa Organería Argentina, de Buenos Aires, el costo de los trabajos de restauración y los materiales necesarios sería de U$ 2.350, que deberá ser abonado según la cotización del dólar paralelo a la hora de finalizados los trabajos.
Frente a eso, se inició una campaña de recolección de fondos con la venta de un bono contribución de $ 1.000. Ya se han vendido 200 y se sumó una donación de la Fundación del Instituto Provincial del Seguro de más de un millón de pesos.
Los trabajos podrían comenzar en abril y luego de 15 jornadas, aproximadamente, el órgano podría volver a sonar.
Instalación
El órgano llegó a Paraná completamente desarmado por vía fluvial. Venía desde Alemania y fue instalado en el lugar especial en la Catedral que le había destinado el arquitecto Juan Bautista Arnaldi. El primer organista fue el canónigo José Zaninetti y en 1909 asumió ese cargo un laico, el profesor español Elías Saralegui, hasta 1962. A él lo sucedió un paranaense, el profesor Hugo Alberto Fernández, pero en 1967 dejó la ciudad para radicarse en otra provincia. Entonces, ocupó ese lugar Jorge Beades, quien se desempeña hasta la actualidad como organista de la Catedral.
A partir de 1988 se inició un proceso de restauración del instrumento a cargo del especialista santafesino Rubén Furlán durante el cual se instaló un sistema eléctrico que suplantaba el sistema manual.
“Empezó a sonar mejor. Por ejemplo, la respuesta a la pulsación de la tecla pasó a ser inmediata mientras había un retraso”, explicó Beades en diálogo con Laurentino.
“Furlán se ocupó del mantenimiento del órgano hasta 2020. Por su edad, no puede subir hasta los tubos y llegar hasta esa altura. Además, en 2020 estuvo mucho tiempo en silencio debido a la pandemia. Todo eso fue repercutiendo en el funcionamiento, empezó a perder fuerza, brillantez. Un sacerdote amigo de Buenos Aires nos recomendó un nuevo organero”, contó luego.
Los trabajos de puesta en valor incluirán limpieza, afinación, arreglos, cambios de piezas y restauración del sistema electrónico.
“El extraordinario valor de este instrumento, patrimonio de la Iglesia y de toda la comunidad justifica esta inversión. Apelamos a la sensibilidad y la generosidad del pueblo paranaense para que nosotros y las generaciones por venir podamos seguir disfrutando de esta verdadera joya musical”, subrayó Beades.
Conciertos
Con posterioridad del Concilico Vaticano II se autorizaron los conciertos en las iglesias. Entonces, el órgano de la Catedral Paraná recibió a músicos de fama y reconocimiento mundial. Así, tocaron sus teclas, entre otros, el director del Conservatorio Real de Bruselas, Kamiel D’Hooghe (1978); el organista de Notre Dame de Paris, Pierre Cochereau (1983); el italiano Mario Duella (1997), la inglesa Jane Parker- Smith (1998); el alemán Hans Dieter Karras (2004), el brasileño Cristiano Rizzotto (2014) y los argentinos Germán Torre, Jesús Gabriel Segade, Sara de Vergara, Mario Videla y Matías Sagreras.
También fue escuchado junto a la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos en la interpretación de obras como la Tercera Sinfonía con Órgano de Camille Saint-Saëns, el Concierto para Órgano, Cuerdas y Timbales de Francis Poulenc, el Requiem de Gabriel Fauré y el Adagio de Tomaso Albinoni, con la interpretación del organista Beades.